Al llegar otra vez a casa tras pasar un curso en Suecia me encontré con que sin haber abierto la maleta, ya tenía los armarios, los cajones y todas las estanterías llenas de ropa, libros, juguetes, aparatos, cosas, cosas y más cosas que ya no utilizo. Entonces cogí una caja y empecé a llenarla con las cosas que quería sacar de la habitación y me vinieron a la cabeza varios pensamientos.
Guardamos cosas que son totalmente inútiles solo por el hecho de que "es un recuerdo", tenía cuadernos y cuadernos de mis años en el colegio y en el instituto que seguramente NUNCA volvería a mirar. Entonces ¿hasta dónde llega este afán por guardar cosas? Tenía guardados los cargadores de todos los móviles que han pasado por mis manos, los juguetes rotos de cuando era pequeño, miles de rotuladores que no funcionan, unos cuantos puzles que no hice y multitud de radios, calculadoras y cacharros electrónicos que nunca utilicé. La caja era bastante grande y la llené yo solito. Fue ahí cuando pensé que si todos en Aranda hicieramos lo mismo tendríamos una montaña de cosas enooorme. Y todas esas cosas han salido de algún lado, por ejemplo, todos los cuadernos juntos habrían sido una vez un bosque bastante serio. Las calculadoras, ordenadores, móviles, etc no tengo ni idea de qué fueron originalmente, pero seguro que por el camino había muchas cosas feas.
Al volver a irme en vez de hacer la maleta la deshice quitando todo lo que realmente no utilizo. Descubrí que aún me sobran muchas cosas. Y con mi nueva inquietud sobre el origen de las cosas en el más amplio sentido de la palabra se me apareció este video.
La historia de las cosas
http://www.storyofstuff.com/
lunes, 21 de julio de 2008
martes, 8 de julio de 2008
100000 km para el Corsa
Mi Opel Corsa acaba de marcarse los 100 000 km mientras íbamos hacia Madrid. La verdad no es que le mueva mucho por que se pasa la mayor parte del curso descansando en Aranda, pero durante los veranos le meto toda la caña que puedo y le saco a ver la playa y todos los puertos que encuentre por el camino. Ya son tres años los que lleva conmigo y este verano como regalo le voy a sacar de España para que vea Europa. Se va a hartar.
viernes, 4 de julio de 2008
Viaje a Lund - Alnarp
La asociación de estudiantes de la SLU prepararon un viaje al campus que tiene en Lund para ir a una cena que decían era una fiesta genial.
El viajecito en autobus tiene tela, son casi 700km y hacerlos en autobus se tarda unas 8 horas. Salimos el jueves por la noche y llegamos el viernes por la mañana. El autobus nos dejó en Lund y paseamos un poco por la ciudad. Si algún día encuentro las fotos las subo. Al mediodia cogimos un bus para Alnarp, que es donde está el campus y allí nos llevaron a una casuca al lado de la playa donde nos dejaron dormir en el salón. La playa podría ser las más fea del mundo.
Ver mapa más grande
Por la tarde nos llevaron al campus donde hicieron unos discursos. Por la carretera vimos a unos suecos que llevaban un autobus de casi 50 años convertido en caravana y que venían desde cerca de Estocolmo. Luego fuimos a la carpa donde esperábamos ansiosos ver los cerdos, pero en ningún sitio vimos hacer al cerdo y la comida la daban en tajadas, ni costillitas, ni careta, ni nada, solo tajadas de carne. Luego recogieron todo y pusieron una verbena.
El problema que tuvimos es que era todo muy sueco y en ningún momento estuvimos integrados. Nosotros íbamos a una barbacoa a asar unos cerdos y nos encontramos una cena elegante. Como experiencia está bien pero las 16 horas de autobus que nos chupamos fueron demasiado.
El viajecito en autobus tiene tela, son casi 700km y hacerlos en autobus se tarda unas 8 horas. Salimos el jueves por la noche y llegamos el viernes por la mañana. El autobus nos dejó en Lund y paseamos un poco por la ciudad. Si algún día encuentro las fotos las subo. Al mediodia cogimos un bus para Alnarp, que es donde está el campus y allí nos llevaron a una casuca al lado de la playa donde nos dejaron dormir en el salón. La playa podría ser las más fea del mundo.
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Por la tarde nos llevaron al campus donde hicieron unos discursos. Por la carretera vimos a unos suecos que llevaban un autobus de casi 50 años convertido en caravana y que venían desde cerca de Estocolmo. Luego fuimos a la carpa donde esperábamos ansiosos ver los cerdos, pero en ningún sitio vimos hacer al cerdo y la comida la daban en tajadas, ni costillitas, ni careta, ni nada, solo tajadas de carne. Luego recogieron todo y pusieron una verbena.
El problema que tuvimos es que era todo muy sueco y en ningún momento estuvimos integrados. Nosotros íbamos a una barbacoa a asar unos cerdos y nos encontramos una cena elegante. Como experiencia está bien pero las 16 horas de autobus que nos chupamos fueron demasiado.
miércoles, 2 de julio de 2008
Gotland
A mediados de mayo hice un viaje a Gotland, que es una pequeña isla sueca en el Báltico, un poquito más pequeña que Mallorca. En Suecia es bastante famosa para ir de veraneo por sus playas.
El viaje empezó bien, era sábado después de fiestón en Värmlands y claro, nos dormirmos y tuve que hacer la maleta en 5 minutos, perdimos el autobus de las 8 para Estocolmo así que cogimos el tren, en el tren me estaba muriendo y mucho, en Estocolmo perdimos el autobus para el ferry por apenas unos segundos, pero pudimos coger otro bus y enganchar con el resto en el puerto. El viaje hasta Visby son unas tres horas que me dormí plácidamente.
Una vez en Visby alquilamos una furgoneta VW roja bastante vieja en la que cabíamos los seis con todo el equipaje sin ningún problema. Para comprar la comida hubo jaleo, íbamos Tim y yo a comprar salchichas, pan y cerveza, lo básico para sobrevivir, pero las cuatro chicas empezaron a comprar verduras y zumo y fruta y cuscús, al final llenamos un carro y yo no veía comida por ningún lado.
Nos pusimos a hacer carretera hacia el norte donde hay una pequeña isla llamada Fårö a la que se accede en ferry también. En esa isla hay unas formaciones rocosas muy curiosas.
La puesta de sol fue increible.
Como siempre tenemos que ir metiéndonos donde no nos llaman.
Y subirme a todas las piedras que vea.
Al lado de la playa había un bosque donde pusimos las tiendas y nos hicimos una barbacoa para cenar y a dormir en tiendas de campaña. Resulta que al lado de la playa donde dormíamos el viento soplaba con fuerza y la tienda estuvo moviéndose y haciendo ruido toda la noche, además como no se hacía completamente de noche seguía habiendo claridad dentro de la tienda. Algo durmimos.
Al día siguiente cogimos la furgoneta y viajamos hacia el sur parando para alimentarnos y ver los paisajes y una ruta de unos 10 km que había por ahí.
Campos amarillos por todas partes.
Tim, Barbara, Claudia, Astrid, Audrey, yo y la furgoneta.
Al "anochecer" estuvimos buscando un lugar donde poner las tiendas pero por el sur no había mucho bosque, y como sorpresa empezó a llover, yo ya pensaba en dormir en el coche, pero encontramos un bosquecito donde metimos la furgoneta y en cinco minutos había escampado, teníamos las tiendas puestas el fuego preparado y Claudia estaba preparando cuscús con verduras, menos mal que tenía preparado el tomate frito para darle color.
La magia del fuego
Al día siguiente, lunes, cogimos la furgoneta hacia Visby, pero el motor empezó a perder aceite y tuvimos que parar un par de horas hasta que nos trajeron otra furgoneta, también VW pero blanca y nueva, no tenía el mismo encanto. Pasamos unas horas paseando por Visby que es una ciudad llena de iglesias en ruinas y con una muralla muy elegante.
El desayuno con la furgoneta averiada.
Por la tarde cogimos el ferry y los autobuses hasta llegar a Uppsala donde cogí la cama con mucho gusto.
Fin del viaje.
El viaje empezó bien, era sábado después de fiestón en Värmlands y claro, nos dormirmos y tuve que hacer la maleta en 5 minutos, perdimos el autobus de las 8 para Estocolmo así que cogimos el tren, en el tren me estaba muriendo y mucho, en Estocolmo perdimos el autobus para el ferry por apenas unos segundos, pero pudimos coger otro bus y enganchar con el resto en el puerto. El viaje hasta Visby son unas tres horas que me dormí plácidamente.
Una vez en Visby alquilamos una furgoneta VW roja bastante vieja en la que cabíamos los seis con todo el equipaje sin ningún problema. Para comprar la comida hubo jaleo, íbamos Tim y yo a comprar salchichas, pan y cerveza, lo básico para sobrevivir, pero las cuatro chicas empezaron a comprar verduras y zumo y fruta y cuscús, al final llenamos un carro y yo no veía comida por ningún lado.
Nos pusimos a hacer carretera hacia el norte donde hay una pequeña isla llamada Fårö a la que se accede en ferry también. En esa isla hay unas formaciones rocosas muy curiosas.
La puesta de sol fue increible.
Como siempre tenemos que ir metiéndonos donde no nos llaman.
Y subirme a todas las piedras que vea.
Al lado de la playa había un bosque donde pusimos las tiendas y nos hicimos una barbacoa para cenar y a dormir en tiendas de campaña. Resulta que al lado de la playa donde dormíamos el viento soplaba con fuerza y la tienda estuvo moviéndose y haciendo ruido toda la noche, además como no se hacía completamente de noche seguía habiendo claridad dentro de la tienda. Algo durmimos.
Al día siguiente cogimos la furgoneta y viajamos hacia el sur parando para alimentarnos y ver los paisajes y una ruta de unos 10 km que había por ahí.
Campos amarillos por todas partes.
Tim, Barbara, Claudia, Astrid, Audrey, yo y la furgoneta.
Al "anochecer" estuvimos buscando un lugar donde poner las tiendas pero por el sur no había mucho bosque, y como sorpresa empezó a llover, yo ya pensaba en dormir en el coche, pero encontramos un bosquecito donde metimos la furgoneta y en cinco minutos había escampado, teníamos las tiendas puestas el fuego preparado y Claudia estaba preparando cuscús con verduras, menos mal que tenía preparado el tomate frito para darle color.
La magia del fuego
Al día siguiente, lunes, cogimos la furgoneta hacia Visby, pero el motor empezó a perder aceite y tuvimos que parar un par de horas hasta que nos trajeron otra furgoneta, también VW pero blanca y nueva, no tenía el mismo encanto. Pasamos unas horas paseando por Visby que es una ciudad llena de iglesias en ruinas y con una muralla muy elegante.
El desayuno con la furgoneta averiada.
Por la tarde cogimos el ferry y los autobuses hasta llegar a Uppsala donde cogí la cama con mucho gusto.
Fin del viaje.
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