domingo, 17 de febrero de 2008

På Svenska

Este cuatrimestre me he apuntado a clases de sueco. Como los cursos que estoy haciendo ahora son principalmente en sueco pues supuse que era buena idea por lo menos aprender a decir algo en su mismo idioma. La verdad es que no me apunté antes porque el curso es un pastón y el sueco no lo veo yo muy útil fuera de Suecia.

Para empezar el sueco es feo, así de cruel, que no te entra a primera vista, es raro raro raro. Lo de las vocales es un espectáculo, tienen un cacao que no hay por donde cogerlo, además de las vocales normales, se inventaron las Å, Ä y Ö, que no son mas que deformaciones de las otras, es decir, que se empeñaban en pronunciar mal y al final se han sacado estas vocales de la manga, así que tenemos 8 vocales, pero ahí no acaba la cosa amigo, nono, resulta que algunas se pueden pronunciar de varias formas y todas ellas pueden ser largas o cortas, y sí, el tamaño importa. Vamos que en fonética tenemos 26 simbolitos diferentes, y el sueco es muy de llevar ritmo con las vocales, jajaja, es comiquísimo vernos a los que estamos en el curso intentando pronunciar bien. Luego el vocabulario es una mezcla de inglés, alemán y cosecha propia. Vamos que no hay por donde cojer el diccionario.

En definitiva, que de aquí al verano no voy a ser capaz de decir más que "el perro es marrón y la casa es azúl" y los números, pero por lo menos ya no me es tán extraño y puedo descifrar algunos carteles por la calle. Pero como seguramente no vuelva a usar el sueco desde este verano hasta dentro de mucho tiempo, acabaré olvidandolo todo, snif snif...

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