martes, 4 de diciembre de 2007

Fiesta en Lila Sunnersta

Hace un par de semanas tuvimos algo parecido a una "Spanish Party" en Lila Sunnersta. Lila Sunnersta es una residencia que está bien cerquita de la SLU (mi universidad) más o menos a unos 2 km, pero de Uppsala está a 8 km. Así que nos tuvimos que hacer 8 kilometrítos de nada antes y después de la fiesta. La residencia es bastante nueva, y se nota, y debiera de verse aquí pero parece que la hicieron después de la foto. Podeis ver que está a un par de pedaladas de Uppsala centro. Lo bueno que tiene es que hay una caseta de unos 40 m2 para hacer fiestas.



Aquí aparece Andras en bici camino de Sunnersta. Algo de frio hacía.

La fiesta la organizó uno de los españoles que andan por ahí, que hizo que lleváramos tortillas de patata y sangría y todo lo que sonara medianamente español para ambientar aquello. La cosa salió bastante bien porque la gente comió hasta hartarse y luego se trajeron sus cervezas y parece que de cantidad estuvo decente.



Mané, Leila y Melanie poniéndose las botas.



Romain y Victor como buenos franceses catando el vino.



Sam y Andreas preparándose unos Jägermeister.



Victor, Gergö y yo en distíntas fases de embriaguez.

Luego con la música os podeis hacer una idea, acabaron poniendo Shakira y regetón y música por el estilo y la gente se puso a bailar como podía. Ahí se nota de verdad que los norteños no tienen nada de estilo bailando y les cuesta una barbaridad llevar el ritmo.



Erik y Tjeerd (holandeses) analizando cómo Víctor (francés) le da vueltas a Sonso (española)



Aunque para to hay excepciones porque Andreas Y Luise (alemanes) también bailaron lo suyo.

Al final de la noche ya fuimos quedándonos sólo españoles e invadimos un poco la minicadena para poner algo de rock. A eso de las 5 ya nos fuimos porque estábamos bastante cansados, porque la fiesta aquí empieza a las 7 de la tarde ya cenados. Y resulta que había caído algo de agua, y resulta que estaba helando de lo lindo, y todo junto pues nos queda que la carretera era una pista de patinaje con una capa de hielo perfectamente lisa. Prácticamente todo el mundo se cayó, algunos que todavía iban contentillos eran un espectáculo, yo no lo conseguí porque cuando estuve a punto la bici se metió en la cuneta que estaba llena de hierbajos altos y no resbalaba. Con la tontería, el domingo más de uno se despertó con unos cuantos moretones.

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